Esto no es un prólogo. Los prólogos son para los libros. Y esto no es un libro. Es un cuaderno de versos asediados por imágenes y luces. Las luces del destino. Y las imágenes de la vida. Que repetidas, hacen misteriosos giros. Pero quien mejor que Epicteto para ayudarnos. Escribió ese estoico esclavo romano que, lo que depende de nosotros es libre por su naturaleza, y no puede ser impedido ni forzado, y así, como mordiscos de vida, en el cuaderno Zona Reservada brotan recuerdos, poemas arrancados al humano camino, libre por su naturaleza.