Yo filósofo, como su autor lo manifiesta, no se trata de sí mismo, se trata de aquel ser pensante que todos poseemos, al que lo abordan las mismas inquietudes por el hecho de ser humanos y estar en el mundo. ¿Cómo y por qué surgió el universo? ¿Qué es el hombre y para qué existe? ¿Existe una realidad o todo lo que vivimos es un sueño? ¿Puede el hombre ser feliz?; son algunos de los interrogantes que hacen parte de este encuentro con el filósofo que llevamos dentro. La aventura de Yo filósofo, inicia con una Invitación a descubrir el Amor por la sabiduría, regalada por los griegos hace 2.600 años; acercándonos a preguntas estremecedoras como: ¿Por qué hay algo?, que nos conduce a la afirmación subjetiva de: Yo soy, yo existo. Curiosamente nos topamos con La mesa de Hume y Russell, dirigiéndonos a la comprensión de que somos Un manojo de situaciones, y poder vernos como unos seres Maravillosamente humanos. De esta manera, se presenta en siete capítulos la obra que busca filosofar teniendo como base las preguntas que en toda época se ha hecho el hombre, y el análisis de algunas de las respuestas aportadas por grandes pensadores a través del tiempo. «…si me lo permites quiero hacerte una invitación, no para que estudies en las líneas sucesivas historia de la filosofía, tampoco para que te leas una especie de pálido reflejo de los interesantes tratados que existen en el maravilloso compendio filosófico; sólo deseo que me acompañes a recorrer ese mundo de la reflexión inherente al ser humano, haciendo un viaje por esas preguntas que desde niño te han acompañado y darte cuenta que algo nos hace iguales al hombre del pasado y al del presente, así como los grandes maestros de la filosofía, tú y yo somos dueños de un filósofo natural (…)» Philos, que significa amor, y Sophía, sabiduría; también entendida como la diosa de la sabiduría de los griegos. No te parece algo bello, amor por la sabiduría, cuántos quisieran poseer esa cualidad, capacidad o don, que les permita escoger entre lo que es bueno y lo que es malo, tomar la decisión de transitar por el sendero cierto, antes que el incierto, cuál es la forma correcta de llevar la vida; saber cuál es la verdad de la cosas, la verdad de todo. Esa fue la búsqueda constante de los filósofos y ha sido la tarea fundamental de la filosofía, su razón de ser. » (Apartes de los capítulos primero y segundo: Invitación, y Amor por la sabiduría; respectivamente.)