La aventura de un sujeto innominado comienza con su embriaguez, de la cual participa el narrador en “Je je je”. A partir de aquí, en una serie de microrrelatos en línea donde abundan las correspondencias, se pone en marcha un repertorio de anécdotas alegóricas, situaciones fantásticas, oníricas, que nos llevan de la euforia a la resignación en tres fases: subiendo, turbulencias, aterrizando. Por un lado se trabaja en la exaltación del individuo, la libertad, la naturaleza. Paralelamente asistimos a la ridiculización del progreso tecnológico, de sus nuevos dogmas y, en general, de todo lo establecido, ya sea por tradición o novedad. Siempre con el “¿Y?” como salvoconducto para cualquier exceso, poniendo en entredicho el menor asomo de pronunciamiento a favor o en contra, de lo que sea. Por su brevedad y estructura, ¿Y? puede leerse tanto de una tacada como a intervalos. Igual da. Lo importante son las ideas o impresiones que despierten sus piezas, siempre a mano, como en un vinilo, para ser escuchadas de nuevo en dispares coyunturas.