La Saga del Gaucho sin Cabeza, está basada en bien documentados episodios de la historia Argentina del período de Juan Manuel de Rosas y los Mazorqueros, la ambición británica en el Río de la Plata, los refugiados nazis de la Segunda Guerra Mundial en la Patagonia, el Peronismo y la energía nuclear, Evita, su cadáver, más algunos episodios referentes al nefasto golpe de estado de 1955 y sus consecuencias. Por otro lado la historia se completa con discutibles investigaciones y esclarecimientos sobre momentos oscuros de estos mismos episodios y personajes, todo dentro de los confines del misterioso pueblo Villa Durazno, dominado por las espléndidas Azucenas expertas en el sexo y la lucha con facón, visitadas regularmente por un sobrenatural personaje decapitado. La Saga del Gaucho sin Cabeza se puede interpretar como una ficción que hace un humilde intento de explicar, con imaginación, una realidad que siempre nos supera, por más que haya: sexo, sangre, muerte, guerra, gauchos, unitarios, federales, alquimistas, científicos, brujas, hechiceras, aquelarres, orgías, camellos, caranchos, peronistas, cumbia, contrabandistas, conspiradores, ingleses, franceses, bibliófilos, nazis, ninjas, chinos, mapuches, judíos, cristiamos, mormones, macheteros, degollados, emoción, pasión y amor. Pero, como se dice en estas latitudes, es lo que hay. En esta 5ª parte de la Saga,inspirado en la aventura monárquica de Orllie-Antoine 1º, autodenominado Rey de la Patagonia y de la Araucanía en el siglo 19, un empresario mapuche trata de restablecer la dinastía con un joven francés descendiente de aquel rey, y así devolver la gloria al Wallmapu, la Nación Mapuche. Para ocupar un territorio y que luego sea reconocido por las demás naciones, eligen la zona de Villa Durazno, perdido pueblo en el comienzo de la Patagonia argentina, que no aparece en los mapas y al que solo se llega por suerte, destino, o invitación. Villa Durazno está habitado por las temibles Azucenas, mujeres expertas en el sexo y el combate, especialmente con cuchillo. El pueblo vive del contrabando que reciben a través de un rio subterráneo que comercian con toda Latinoamérica. Para que los mapuches sean reconocidos en esta región como legítimos y soberanos habitantes, el líder del proyecto se asocia con un poderoso propietario de Centros Comerciales en todo el mundo que codicia el de Villa Durazno y sus contactos para el contrabando. Los dos empresarios se apoyan en la teoría de que los mapuches serían una de las tribus perdidas de Israel, y por lo tanto judíos con lo que obtendrían de inmediato el reconocimiento del estado de Israel y luego del mundo entero. Pero las Azucenas no tienen intención de abandonar Villa Durazno, ni por las buenas ni por las malas, podrán enfrentar y vencer a los humanos y derrotarlos por más numerosos que sean y bien pertrechados que estén, pero frente a las más escalofriantes criaturas de la mitología mapuche será inútil su notable destreza guerrera. Solo el Gaucho sin Cabeza, junto a su némesis, Thony sin Cabeza, los sobrenaturales del lugar, podrán salvar a las Azucenas, siempre y cuando estos “muertos” sobrevivan al enfrentamiento con las otras monstruosidades.