¿Qué sucede cuando uno se muere? Pues que dejas de pagar a Hacienda, lo que ya convierte a la muerte en el más envidiable estado psicofísico del ser humano, y, además, a partir de ese momento son los otros los que se ponen a mentir y, lo que es peor, a decir la verdad sobre tu vida. Para evitar este intrusismo profesional –porque contar verdades y mentiras en un totum revolutum es cosa de la literatura–, Enrique Gallud Jardiel se adelanta, en prosa y en verso, a toda injerencia y en este peculiarísimo libro nos presenta no ya su vida, sino incluso lo que será de él tras su muerte. Articulada en tres secciones –«La silva autobiográfica», «Aventuras en el reino de Talía» y «El turista de los cielos»–, esta obra ya forma parte no solo de nuestro catálogo y de la biblioteca de un señor que ha comprado el libro porque pensaba que se trataba de un recetario de comida tailandesa, sino de esa docena de más o menos doce libros (tampoco se trata aquí de ser puntillosos) que constituye lo mejor de la producción galludjardiélica.