Vane Gianini, una historia adolescente narra las vicisitudes de una muchacha que, a lo largo de los años que marcan su primera juventud, va buscándose a sí misma, con las audacias, torpezas y escarmientos propios de esa etapa tan trascendental en la vida. En su periplo, Vane irá encontrando amigos, enemigos, transas, “amores para toda la vida”, decepciones y demás vínculos cuya vida útil estará signada por la densidad del momento; o bien, por la sintonía -más o menos efímera, más o menos eterna- de dos almas que, en su desconcierto, se encuentran. Bocas que van, chismes que vienen... la Banda de amigos perdurará en el corazón. Vane lo sabe. Pero su eterno hoy adolescente irá perdiendo consistencia a medida que el avance implacable del tiempo la enfrente -cada vez con mayor crudeza- al temido “mundo adulto”; esa entidad fantasmagórica ante la cual ofreció la más férrea de las resistencias: la de la ignorancia. Sin embargo, tras un lustro de paciente espera, ésta ahora golpea a su puerta, de la mano de una de las crisis más feroces que azotara al país. Esta vez, por tanto, no hay excusa o ardid que valga: lejos... inalcanzables a su mano, están ahora junto a las cuales se aventuraba, con bienvenida imprudencia, al siempre apasionante desafío de jugar a ser mayor. Finalmente, en las postrimerías de su adolescencia, Vane se enfrentará al primer dilema de envergadura de su vida: la asunción del compromiso... ¿Conseguirá honrarlo? ¿O, por el contrario, prevalecerá el ánimo anarquista, la renuencia a dar explicaciones por sus actos; la rebeldía -una vez más- ante un encorsetamiento jamás pedido, jamás deseado? ¿Cómo resolverá Vane la encrucijada entre la ríspida vida adulta y el arcoiris de su evanescente adolescencia? En definitva, ¿cómo sorteará el tránsito entre la niña y la mujer?