En un mundo donde la realidad es nuestra cárcel sólo unos pocos descubren cómo escapar... Son muchas las cadenas que pueden atar nuestras vidas. A veces, no nos damos cuenta de nuestra condición y andamos por la sociedad sin saber que estamos presos, arrastrando cadenas, atados a esta realidad subjetiva que parece nunca acabar y parece nunca comenzar. En sus manos tiene un boleto de entrada a un recoveco mental en donde experimentará, a través de la poesía, distintas emociones e introspecciones de un poeta que conoce lo que es estar entre cadenas para luego descubrir cómo flotar libre, como el viento, por caminos impredecibles que lo han llevado a alcanzar su propia felicidad. (Introducción del texto)