Walter y Carlota, un matrimonio de Barcelona que disfruta de una holgada jubilación entregada a sus aficiones, novelísticas él y de dibujo ella, tienen una hija y un nieto con los que no se relacionan desde hace años a causa de una acalorada discusión que el hombre sostuvo con su yerno. Walter presenta los primeros síntomas de alzheimer, y su médico les aconseja una nueva terapia que parece detener el avance de la enfermedad, y que consiste en refrescar los recuerdos reviviéndolos de nuevo, evitando así su olvido. No tienen más familia que su hija y su nieto, por lo que deciden emprender un viaje hacia esos lugares que, en épocas pasadas, fueron muy especiales para ambos. El destino les lleva hasta Cadaqués, población que vio nacer el gran amor que aún hoy les une. Allí conocen a Ariadna, una joven viuda que regenta el hostal en el que se alojan, y a Renán, hijo de la mujer. Entablan una profunda amistad con Joan: un pintor que llegó a esa población huyendo de un desafortunado pasado, y con Constantí: un pescador local. En Cadaqués reviven sus más emotivos recuerdos y reencuentran la felicidad perdida, aunque la enfermedad del marido no sólo no se detiene, sino que avanza con gran virulencia. En sus delirios, el hombre confunde a Ariadna y a Renán, con Agnès y Edgar, su verdadera hija y nieto. Como una verdadera familia, todos se vuelcan con el matrimonio en esos difíciles momentos que les corresponde vivir.