En esta segunda entrega de las aventuras del aspirante a showman Ricky Ferry, el divertido y romántico protagonista se va a vivir al Londres de mediados de los ochenta y al Madrid de los noventa. En la ciudad del Támesis vive bohemiamente su sexualidad con total libertad. Se enrolla de un rico inglés del que no se enamora, pero tiene su primera experiencia sexual en el país de Shakespeare, algo que siempre quiso hacer. Luego, se enamora de un macho leather y okupa y se lo pasa pipa. Y al mismo tiempo, hace nuevos amigos españoles e ingleses y trabaja para ganarse las lentejas de lo que sea y baila en los mejores clubes internacionales del momento. Pero se da cuenta de que está dejando de lado su carrera de periodista y de cantante y recala en Madrid, donde se establece definitivamente y donde retoma su carrera musical en una nueva banda de jazz y droga -después de aquel loco New York del primer libro-, y donde también empieza a trabajar de periodista con no poco éxito. ¡Ah!, y las pretendidas violaciones del negro Donovan y el acoso sexual del hermano de su director periodístico, el Yeti, un pobre hombre del Opus Dei en el armario... Pero el fantasma de su ex novio Paulino, el escort boy de las favelas de Río de Janeiro que conociera en Manhattan, le persigue porque, en el fondo, Ricky es un romántico empedernido...