Tipos y Formas de Delincuencia
- Autor: Miguel Ángel Águila Sánchez
- Género: Ensayos y Biografías
- ISBN: 978-84-7991-401-1
- Nº Páginas: 376
- Encuadernación: Tapa dura
- Año: 2013
El crimen organizado no es un acontecimiento social que surge a finales del siglo XIX, y que alcanza su grado de esplendor en las décadas de 1920-1930, en ciudades como Chicago o Nueva York, con figuras que han trascendido a las pantallas de cine o la novela, con personajes como Charles “Lucky” Luciano o Alphonse Gabriel Capone, más conocido como Al Capone o Al Scarface, y donde comienzan a aparecer los nombres de grandes organizaciones criminales como Cosa Nostra, La Camorra, `Ndrangheta, Yakuzas o Tríadas. El crimen organizado desde hace décadas se ha convertido o transformado en algo más que una simple organización que se dedica a asesinar a miembros de bandas rivales con la intención de ocupar un territorio para controlar y explotar los beneficios de la zona. Los negocios del tráfico de drogas, armas, órganos, prostitución, inmigración clandestina, trata de personas, pornografía, venta de menores, explotación laboral, blanqueo de capitales, y una amplia variedad delictiva aun mayor, comienza a partir de la segunda década del siglo XX a adquirir un carácter de globalidad. Las guerras entre bandas rivales con resultado de víctimas de uno y otro bando, y su constante aparición en las portadas de los medios de comunicación de épocas pasadas, deja paso a nuevos pactos o alianzas donde las organizaciones criminales establecen una planificación estratégica distribuyéndose el amplio espectro delictual, no solo desde el ámbito de la territorialidad sino de la actividad delictiva. En 1994, en la localidad de Beaune (Francia), miembros de la familia Gambino, de Nueva York, una de las cinco familias más importantes del crimen organizado de Estados Unidos desde la década de la Ley Seca se reunirá con representantes de otras agrupaciones criminales de origen ruso, albaneses, colombianos, chinos, japoneses, con la intención de repartirse las rutas de distribución de sus actividades ilegales. El siglo XXI, debe constituir un reto para todos los estados en la lucha contra el crimen organizado ya que ha dejado de representar una alarma social con hechos sangrientos que acaparaba la atención de la población a través de los medios de comunicación diaria, para convertirse en un negocio que abarca un mercado de infinitas posibilidades carente de todo tipo de fronteras, y donde se han construido imperios que combinan por medio del blanqueo de capitales, economías lícitas con ilícitas, resultando imperceptibles para los gobiernos, ya que cuenta no solo con un material tecnológico o una infraestructura de última generación, sino que se encuentra inmersa en cargos estratégicos con poder de decisión que le facilita y encubre sus transacciones ilegales. Negocios, en alguno de sus casos, con sumas de dinero que llegan a superar el PIB de muchas naciones.
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Veronica Rivera Camacho