Siempre creyó que la vida consistía en dar vueltas alrededor de una enorme rueda dentada de madera, con los ojos vendados, para extraer agua de un profundo pozo. Teresino creyó que vivir consistía en dormir por la noche; levantarse con el alba; andar y andar, sin ver el camino que pisaba durante horas y horas; y descansar y comer en un par de ocasiones a lo largo del día… Cuando su amo prescindió de sus servicios, Teresino creyó que la vida, que lo que él conocía hasta entonces de la vida, se le terminaba. Estaba muy lejos de imaginarse que, en el transcurso de un par de días, por su vida pasarían la amistad, la aventura o el amor… Teresino abrió ante sí un camino nuevo y su vida nunca volvió a ser la misma, nunca volvió a ser lo que fue. En el momento en el que lo creyeron viejo y acabado, Teresino emprendió un nuevo camino en su vida y entonces supo que la vida es más, mucho más, que aquello que pasa a nuestro lado, mientras que otros se empeñan en que nosotros hagamos otras cosas…