Todo comienza con intenciones, finaliza con razones, en medio existen las experiencias escapando de la memoria…, refugiándose en mi historia. Escucho una lágrima venir, una sonrisa surgir, una caricia rozar, una mirada penetrar el alma, una palabra formarse, un verso rimar, una estrofa cantar, una poesía elevarse… Escucho una historia nacer y así continúo mis días, noches y mis horas de en medio. Brotan y brotan sonidos como cogollos de violetas formándose uno a uno con una misma raíz, el origen, mi origen, mi profundo océano de incidentes. Al escuchar estos pensamientos hablar como si tuvieran vida, a mí me nacen letras, me nacen imágenes, que quieren perdurar en el tiempo, y así es como inmortalizo mis escritos: escribiendo de oído. Cuéntame: ¿Alguna vez has experimentado un sueño tan vívido que traspasa las fronteras de la fantasía, del terror, de la placidez o de lo inexplicable? ¿Alguna vez has experimentado situaciones que te han puesto a prueba en el amor, en el odio, en tu espiritualidad o en el dolor? ¿Alguna vez has evocado fragmentos de recuerdos que hilas con tu imaginación por no tener un contexto lúcido pero sí un sentimiento impregnado en la memoria? ¿Alguna vez has imaginado tantos finales para una misma historia contada por tus ancestros que quisieras que nunca se olvidaran? ¿Alguna vez has escuchado los relatos más inverosímiles de seres cotidianos que hay que dejarlos escritos para evidenciar su existencia? Cuéntame, que yo te contaré lo que en este mismo océano de circunstancias se han gestado mis escritos… Cuéntame y te los cuento.