“Son mujeres… y no es un cuento” Esta obra es una recopilación de cuentos y relatos, que he escrito durante años. Muchos de los cuales ya fueron premiado y publicados en antologías narrativas tanto en Argentina como en España. Sin duda alguna habla de nosotras las mujeres, pero de las mujeres que me representan y representan a toda aquella que sienta que su existencia es digna, y que nada ni nadie, pondrá en duda jamás su capacidad de RESILIENCIA. Porque si bien es una capacidad inherente a ambos géneros, hay mujeres que sobrepasan cualquier parámetro ante esta capacidad, llevándola al extremo. Con la fortaleza espiritual de la que la naturaleza la ha dotado. Sin dudas debe haber sido para compensar la fragilidad corpórea. Quién puede saberlo a ciencia cierta, ¿verdad?, pero lo logran. Son cuentos que aunque algunos estén en voz masculina, son ellas las protagonistas. Desde el desamor, la pérdida de autoestima, la necesidad de saldar el instinto primigenio, la maternidad, la infidelidad, el amor sin fronteras, el amor con límites sociales, todo y más, le dan sentido a una mujer que aunque caiga en todos los errores y horrores posibles, hay un momento de quiebre donde está dispuesta a todo por salir airosa de todo ello. Y estas mujeres lo están… Nos enseñan a no bajar los brazos, a seguir con nuestros sueños por delante, aunque en ello se pierda amores, energías, sueños, mandatos, … Pero lo más importante es que las que no se pierden son ellas, por el contrario. Las adversidades las iluminan, las enaltecen, y hacen que lleguen siempre al puerto deseado. Aunque el dolor muchas veces se haga carne, aún así… deciden salir adelante. Sartre dijo: “Somos lo que hacemos, con lo que hicieron con nosotros” y ellas lo aplican, desde el lugar de la no queja, sólo hacen lo que deben y cuando deben hacerlo. Y podría ser tranquilamente un manual para hombres, siempre es bueno poder acompañar a quienes tenemos a nuestro lado en esta vida, y todos tienen una madre, una hermana, una esposa, una hija, una amiga, a quien acompañar. Y digo acompañar, porque lo de comprender no sé sino sería una empresa demasiado arriesgada para emprenderla.