Castro y Peña se conocen durante su pubertad, en los años 80, en la valenciana localidad de Godella y a partir de aquí nace una amistad que durará para siempre. Descubren la vida, el amor y a un extraordinario personaje adulto que les aporta conocimiento y nuevas vivencias. Su vida cambia cuando se convierten en testigos accidentales de un asesinato, con el agravante de que Castro es descubierto por el asesino, el cual merodeará por su vida, generando miedos e incertidumbre. Mientras Castro quiere pasar página, Peña, de corte más detectivesco, intenta entender y resolver el crimen, pero su insolente mocedad hace que los avances que va obteniendo no consigan cerrar el caso. La vida hace que Castro y Peña se vuelvan a juntar dos décadas después. Esto reabrirá la herida en sus vidas, generando momentos de acción, y de muchas sorpresas que suceden en la italiana región de la Toscana. En todo momento, el autor sorprende y seduce al lector en un relato cuyo ritmo demuestra que el título no es casual.