Esta obra tiene una larga historia. La inspiración surgió durante varias visitas académicas a la isla en el comienzo y transcurso del llamado “período especial en tiempo de paz” que Fidel Castro impuso para hacerle frente al derrumbe del campo socialista. Las consecuencias convirtieron a Cuba en un enclave kafkiano. Me cruzó por la mente la idea de escribir sobre lo que estaba presenciando. Pero, ¿pudiera creerlo alguien fuera de Cuba? Entonces se me ocurrió repetir en la diáspora lo que hacen los cubanos en la isla: utilizar el humor para describir el horror, porque no existe otro estilo para hacerlo. Ya ni recuerdo por qué elegí hacer una parodia de la famosa obra de William Shakespeare. Ni tampoco el motivo para decirlo en algo que parecieran versos. El primer borrador estuvo engavetado por muchos años. Sentía escrúpulos de aparecer burlándome del sufrimiento de mi pueblo. Pensé que el mensaje sería más efectivo si fuera representado en el escenario de un teatro, pero no se abrió una sola de las tantas puertas que toqué. Espero que esta publicación despierte el interés de quienes pueden hacerlo. Termino con dos contrastes entre la obra original y esta versión. La primera es la del lenguaje. En una ocasión, Benevolio saluda a su primo Romeo de una forma elegante: «Good-morrow, cousin». Como la nuestra está escrita en cubano (de ahí la necesidad de agregar 64 notas al final del texto), la expresión de Benito hubiera sido: «asere, qué volá». Shakespeare termina su obra con una oración cargada de melancolía: «For never was a story of more woe than this of Juliet and her Romeo» [Porque nunca hubo una historia más triste que esta de Julieta y su Romeo]. No veo llegar el día en que podamos decir lo mismo del llamado «Período Especial» y el sistema que lo engendró. Entonces celebraremos el fin de la intolerancia.