Existe una diversidad de formas de expresar la interpretación del mundo; en esta recopilación se muestran dos: los relatos, como recorrido breve y hondo por algún aspecto de esa realidad subjetivamente construida, y los aforismos, como síntesis escueta de una intuición relevante. En el primer modo literario, el relato, se atraviesan cuestiones acuciantes como la reconstrucción de la condición femenina, los trastornos mentales y la exclusión social –cuatro historias tan verosímiles como inconcebibles-; en el segundo, los aforismos, se transporta al lector por una catarata existencial: desde el rastreo de un sentido -en una primera entrega de doscientas sentencias conceptuales e incisivas- hasta la convicción, como dijera Cioran, de que el sentido es que no hay sentido –a lo largo de otros doscientos breves pero punzantes y penetrantes aforismos- No obstante, y como reza el aforismo nietzscheano que lleva por subtítulo la obra, la crudeza y radicalidad con la que se afrontan las diversas cuestiones, lejos de aniquilar la posibilidad de vivir, la fortalece con un empoderamiento propio de quien prescinde de lo que no puede creer, por ausente o falaz, y asume que lo que hay es lo que debe atraparse para reconvertir la existencia en una auténtica vida. En síntesis, un reto radical para quien quiere desplegar su conciencia sobre cómo somos y qué cabe que hagamos con el inconveniente de haber nacido (Cioran).