Comencemos por la portada. La elección de la imagen de la hormiga no me parece que haya sido hecha en virtud simplemente de su fama de poder levantar cincuenta veces lo que pesa, el impacto social, y mucho menos por mor de buscar una intención comercial de escaparate de librería. Creo que más bien ha sido con la relación que tiene con algunos poemas que encierran el peso que hay que soportar para proferir un grito de rebelión y otros de angustia. De rebelión ante las injusticias que existen en este mundo; de angustia al mostrar la impotencia de que es difícil cambiarlo. Pero sobre todo de resiliencia, al señalar que los avatares contrarios de la vida, en vez de hundirnos en un mar de agonía, nos pueden proyectar a un cielo de ilimitada resistencia. De ahí el título de este libro, cargado de esa esencia. El sentido realista de algunos de los escritos del autor, un filósofo que escribe poesías, está presente sobre todo en los de denuncia social y en los críticos de ciertos acontecimientos, matizados de cierta caricatura a personajes actuales. Otros acusan una preocupación por los males que nos azotan o el futuro inmediato, con la presen-cia en ellos de un verso de amor o de esperanza e incluso a veces de una necesaria clave de humor relajante. Son significativos los poemas surrealistas y los de mensajes filosóficos, con su impronta geótica, al igual que son de impacto los que hablan del amor, de la música, de la naturaleza, de la vida y de la muerte. Y estos definitivos versos, llenos de una fuerza que impresiona y de una belleza emocionante, con una rima de musicalidad transpa-rente y con la defensa de la verdad en su más hondo pro-nunciamiento, componen una obra original por sus temas, por su compromiso ideológico, resueltos con una métrica clásica y a la vez independiente, con obediencia más a un pentagrama musical que a un canon poético. Pero, como digo al principio, es el lector quien debe valorarlo. Aunque me voy a permitir una leve injerencia en su ánimo: esta obra es un canto de amor a la verdad y una esperanza de vida, aunque sea reencarnada.