PEBELTOR
Biografía
Soy Pedro Belmonte Tortosa, nacido en el año mil novecientos setenta y seis, según consta en mi partida de nacimiento, a las cinco y treinta y cinco horas del día siete de enero, en el Hospital de la Cruz Roja situado en la avenida Reina Victoria de Madrid… Poco más podría decirles de aquella intentona, salvo que supongo que estaba en otro desafío, exponiéndome y descubriéndome, como ahora, que vuelvo a inventarme sujeto a otras necesidades. En esa ciudad no estuve mucho tiempo, me he criado en lo que se denomina la España manchega. Ciudad Real capital es mi lugar de residencia, al menos por ahora, porque sigo buscando mi destino, dado que sencillamente resido y observo todo… Resulta que un día creí tener un referente, ése espacio donde ser, estar y encontrarse, y de un tiempo a esta parte, su significación -al menos para mí- ha cambiado mucho. Podría llegar a decir que sólo me siento relativamente libre escribiendo, y eso es lo que hago cuando puedo sacar un rato. Empecé por una esquiva y pequeña decisión, venida desde mi interior, y como no acierto a combinar todas las piezas sigo en ello. Puede que haya influido el hecho de echar en falta mucha transparencia, lo cual me llevó a estudiar temas relacionados con el sector agrario, no sintiéndome pleno, a lo que no supe responder debidamente, y proseguí… tanto, como que ejerzo y me gano la vida como técnico agrario trabajando para la Administración autonómica en calidad de funcionario de carrera. Y de vez en cuando, doy un repaso a mis archivos y releo la carta donde tengo escrito un comunicado para solicitar una excedencia del empleo público y poder descubrir otros lugares y gentes… Hay días que se me hace muy cuesta arriba trabajar por aquello del bien común cuando tengo mentalidad privada, si bien, esa perspectiva no la cambiaría por nada, puesto que me ha forjado como mejor persona, hijo, hermano, tío, amigo y trabajador, por más que me sienta enrarecido… Lo demás, podrán leerlo. Por todo ello, hace años empecé a crear este proceso de cambio relativo. Esperé hasta emanciparme, cosa que hice mucho más tarde de lo previsto, consecuencia de una puesta en escena forzada y demasiadas y ninguna idea propia; luego, justo cuando creí poder atender a todos mis intereses, erré y tuve un resbalón. Y escondí casi todo en esta caja fuerte de las letras para que no fuera una merma, sino un acicate, involucrándome en las mismas hasta la saciedad… y no hace tanto me planteé dotarlas de otra vida, a pesar de las dudas… De alguna manera puede que genere polémica, y/o que me reivindique, en cualquier caso, lo hago con humildad y al descubierto. Llegar a todos no es una propina, menos aún una medicina cualquiera; creo saber quién soy: ése que escribe por necesidad, aunque sea para reiniciarse más tarde, y que se ha ido acostumbrando a decirle “no” a muchas cosas, como a la ingratitud. Tal hecho en parte me repugna y me aísla, consecuencia de ello vivo en el antes y el después. Aun así, puede que me haya precipitado al exponer toda mi vida; es otro desafío… El caso es que como siempre era demasiado pronto, y no sabía desde dónde empezar a narrar, hago esto para poder sentirme algún día en casa, y de paso dejar de hacer cuentas, porque nunca he creído en las donaciones solidarias ni en las nociones básicas: siempre se busca algo y se desconoce mucho más de lo que se sabe; aunque igual he perdido el juicio y ya no soy un ciudadano cualquiera. PEBELTOR
Bibliografía
¿ALGUNA VEZ SE HAN ADENTRADO POR COMPLETO EN LA VIDA DE OTRA PERSONA, SIN NINGÚN TIPO DE EXCEPCIONES? Se puede hacer, en esta obra eso es posible; es un pacto de confianza, en nada cómodo, y que se sale de lo habitual, donde la actualidad siempre tiene prioridad de paso, complementando ese encadenamiento propio, yendo de la mano para conformar una de entre todas las suertes; pero muy distinta, por sincera y real. Normalmente se obvia lo común, y cuando se cuenta sin tabúes a veces no es creíble…Aquí se cuenta todo. Es una narración que se compone de sucesos e ideas que se consideran relevantes, la cual se organiza a modo de una colección –PEBELTOR-, que se nutre de diferentes volúmenes. Las normas son las mismas para toda la obra, exponiéndolo todo con franqueza y la expresión de las emociones, o mejor dicho, en un autorretrato salvaje. Con todo lo anterior, lo que se busca es darle credibilidad, sentido y sentimentalismo a toda esa mezcla de realidades y ficciones que convergen en un mundo paralelo de extrañezas que no son tales, las cuales resultan atrayentes. La realidad no se cambia, no se escoge, es la que es, y así se cuenta, sin guardianes de promesas, con los fallos y con todo un mundo de secretos al descubierto.