Las narraciones que integran «Otro nombre, otra puerta» transmiten intensas emociones con un lenguaje sugerente y cautivador. Los relatos se hilvanan con sutileza por medio de un hilo argumental que podríamos considerar común y que no solo capta la atención del lector sino que logra involucrarle. Como expresa Jesús Ferrero en el excelente prólogo que da paso a esta obra, «lo mejor sería concebir este libro como un mosaico y un laberinto de voces diferentes que, sin embargo, van configurando un único mundo». El lector forma parte de ese mundo y se verá sorprendido por los planteamientos, los instantes vitales y la visión cercana y directa de cada realidad. Estos relatos vitales, cuya tensión narrativa llama pronto la atención, componen una visión realista sobre la condición humana y sobre la supervivencia del individuo en la sociedad. Los personajes se mueven por inquietudes y reflexiones vitales, víctimas de la cotidianeidad y del entorno en el que han de sobrevivir, movidos por la búsqueda, el desencuentro y las ciegas esperanzas. La temática y la ambientación de los relatos varían, influyendo en una lectura amena y cautivadora. En definitiva, se trata de un libro inquietante e introspectivo sobre los diversos aspectos existenciales de sus personajes, tanto adultos como infantiles, condicionados por diferentes entornos y por sus relaciones sociales. El libro lo componen treinta relatos breves que conforman una mirada reflexiva sobre la sociedad y sobre las inherentes cualidades del ser humano. «Otro nombre, otra puerta» es, sin duda, un trabajo notable de un autor emergente y recomendable.