Nyktígenes. Nacido de la noche
- Autor: Juan Francisco Jordán Montés
- Género: Filosofía y Religión
- ISBN: 978-84-947128-1-4
- Nº Páginas: 202
- Encuadernación: Tapa blanda
- Año: 2017
La obra de Nyktígenes. Nacido de la noche aborda tres asuntos: la noche, la Belleza/Sabiduría y las preguntas de Dios al ser humano. El libro recoge y mantiene la tradición de los místicos y el arquetipo humano del renacimiento del espíritu tras el tránsito por la oscuridad. Es San Juan de la Cruz quien describe el viaje de la vida como una etapa de la existencia durante la noche, alegoría de las dificultades que el alma encuentra en su itinerario hasta alcanzar la unión con el Padre/Madre. San Juan cantaba: “¡Oh noche que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste amado con amada!”. Y Fray Luis de León decía que la noche era “tiempo muy aparejado para tratar con el cielo”. Las cuarenta diferentes sonatas del libro brotan de las experiencias nocturnas como montañero del autor: sensaciones, impresiones, vivencias, apuntes de campo… La lluvia, el viento, la fatiga, las estrellas y los laberintos de senderos, son aliados. El segundo asunto es la Belleza/Sabiduría que emana de Dios. En esta ocasión los precedentes literarios se encuentran en diversas antropomorfizaciones de dicha figura que actúa como guía espiritual del escritor: Beatriz de Dante; la diosa Uma en el hinduismo; la Sekhina o presencia santa en el judaísmo, o la propia Sabiduría bíblica, que se muestra como el espíritu femenino de Yavé, y que pinta Miguel Ángel en la Creación de Adán: “El Señor me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño. Fui establecida desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo”. El último aspecto que aborda el libro son las preguntas de Dios al hombre/mujer en su vida. Son preguntas siempre profundas, contundentes, directas, limpias, pero que liberan al ser humano con su propia respuesta y le animan a elegir su vía, en un compromiso ineludible con el destino personal: “Por qué lloras? ¿Por qué la molestáis? ¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su alma? ¿Dormís? ¿Por qué has dudado? ¿Cuántos panes tenéis? ¿Creéis que he venido a poner paz? ¿Qué quieres que haga contigo? ¿Me amas?...etc., etc. Por ello el autor inicia cada sonata nocturna, cuarenta en total, con una pregunta de su ángel femenino y que oscilan entre el erotismo (¿Dónde quieres que te bese?) y la trascendencia (¿Qué escribes en la arena?). Otras preguntas son existenciales: ¿llueves en la noche? ¿Sabes mi nombre?... No es Nyktígenes una obra de teología o de mística. No se trata tampoco de una obra de piadosos intimistas, de tristes compungidos o de exaltados radicales que piensan que la salvación solo se encuentra en la tierra que pisotean y a la que escupen con sangre ajena las más de las más de las veces. Es una obra de y para hombres y mujeres alegres y valientes, para hombres y mujeres que sirven a la Humanidad, sean creyentes o no. Que cada lector la defina y sitúe en el ámbito y estantería que considere conveniente. Es una obra de espiritualidad, apta para todos aquellos que buscan sosiego en el alma, en este siglo y mundo de vertiginosa velocidad, de múltiples destellos espasmódicos y de consumo voraz. En la obra el yo es continuamente limitado (no cercenado); la libertad e inteligencia del individuo son alabadas (no exaltadas); la inocencia, la bondad y la humildad son presentadas como las bases que conducen hasta la Sabiduría. Todos los capítulos de la novela concluyen con una sentencia de los místicos persas Omar Khayyam (ss. XI-XII), en su obra Rubaiyat, o de Yalal ud-Din Rumi (s. XIII), en su obra El Masnavi; o bien con una reflexión del profeta Isaías. Estas citas sirven de epílogo al desarrollo de la trama.