No te olvides de mí

  • Autor: Sheina Lee
  • Biografía Autor: Sheina Lee Leoni Handel
  • Género: Literatura y Novela
  • ISBN: B08ZLVBWTP
  • Nº Páginas: 154
  • Formato eBook: PDF
  • Año: 2021

Prólogo Los gritos de Jacoba, madre de Rafael se escuchaban por toda la casa. Otro año escolar daba comienzo, y como siempre, el joven inventaría todo clase de excusas para no concurrir. -Levántate de una vez. ¡Todos los años lo mismo!-gritaba Jacoba. -No grites, así, mujer. Despertarás a todo el vecindario-la corrigió Leandro, su esposo. -Deja de decir tonterías. Vivimos en una zona casi rural, ¿Quién podría despertarse salvo algún gallo remolón? Toma tú café que en media hora debemos comenzar nuestras tareas. -Lo sé-respondía el hombre contemplando la salida del sol. -Recuerda que venir a este lugar fue idea tuya cuando te jubilaste de la imprenta. Querías aire fresco, y ahora lo tienes-acotó Jacoba arreglándose la larga trenza que rodaba por la espalda. -También tengo claro mi error. ¡No debí jubilarme tan joven!-reconoció. Estoy pensando que podríamos vender todo esto y regresar a la ciudad. Incluso comprar una casa con fondo y armar allí nuestro vivero. -Ya estoy acostumbrada a este sitio-reconoció la mujer. Tal vez a fin de año, cuando Rafael termine el Colegio. -Entonces deja de quejarte, o quedaré sordo-rezongó su marido. -Buenas y adiós -saludó Ludmila, la hija mayor del matrimonio. Me voy a la Facu. -Desayuna antes, querida. ¡Con todo lo que estudias y trabajas debes alimentarte bien!-advirtió Jacoba dejando en paz a Leandro. -Sí, mamá. No te preocupes .Recuerda que tengo una beca alimenticia por la distancia y ser buena alumna –río la joven. -Lo sé. Pero tienes que cuidarte-insistió Jacoba. -¿Olvidas que estoy en tercer año de medicina? ¡Sé lo que debo hacer! -Casi médica con veintiún años. ¡Qué extraordinario!-canturreó la mujer regresando a sus quehaceres. -No soy la única. Y ahora debo irme o llegaré tarde. Nos vemos en la noche-Luzmila dirigiéndose a su pequeña camioneta. -Esta niña es un orgullo. Con la edad que tiene y tan adelantada en sus estudios. Y todavía trabaja-masculló Jacoba con admiración. -Porque quiere-rezongó Leandro. Podemos costearle los estudios. -Prefiere pagarse la carrera con su propio esfuerzo. ¡RAFAEL!-volvió a llamar la mujer. -YA BAJO –respondió el joven saliendo del baño. “Debo ver el lado bueno de las cosas. Es el último año de colegio, cumplo dieciocho años y hoy tengo cita con Luis, el joven que conocí en el baile del sábado. Debo resistir, y quizá a fin de año, luego de recibir mi título me atreva a prender fuego el maldito Instituto”-maldijo acomodándose la camisa del uniforme. -Al fin-levantó Jacoba los brazos al cielo cuando apareció su hijo menor sacudiendo sus rebeldes rizos. Pensé que desde el primer día llegarías tarde. -Hola-la besó sin dar explicaciones. ¿Qué tal papá? -Bien –respondió quitando la vista del diario matutino. “Sin duda salió loco como mi hermano Jerónimo. Es su fiel calco”-suspiró el hombre haciendo como que volvía a leer. -Tomaré un poco de café y me voy volando. Son siete y cuarenta y cinco y entro a la ocho. -No será por mi culpa que llegas tarde-suspiró la mujer. Hace horas que te llamo. -Ja Ja .La cama estaba maravillosa, y esta hora es detestable para levantarse- carcajeó tomado su mochila para correr a su querida moto. No me esperen a cenar. -Seguro te encontrarás con alguno de esos noviecitos que consigues en los antros sabatinos a los que concurres-rezongó la mujer .No nos importa que seas Gay, pero podrías traer algo bueno. - Tengo solo diecisiete años, dile a Ludmila que se consiga un buen novio y se case. Bastante que vine a vivir a este lugar apartado del mundo- comentó haciendo referencia a José Pedro Varela, la pequeña localidad en que vivía. -Estamos solo a ciento treinta y seis kilómetros de la capital departamental -rezongó Leandro. -Mejor me voy, esta conversación es insana-retrucó el joven tomando la llave de la moto. -¡No corras!-fue lo último que escuchó antes de subirse a su Yamaha mt03 para salir a la ruta cercana. -Tu idea de comprarle esa moto-rezongó Jacoba. Si le pasa algo... -Ya sé, será culpa mía. Como todo lo que ocurre en esta casa-bostezó el hombre dirigiéndose al vivero para comenzar su rutina diaria.

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