El título del libro “Mujer: Diablo, carne y mundo” es una metáfora idónea para explicar el pensamiento androcentrista que a través de la historia cualifica a la mujer como un ser maligno, mundana y provocadora; cuya belleza se degrada a placer carnal, apetitoso deleite que impulsa a los hombres a poseerla, a amarla pero también a repudiarla cuando ésta se le opone, le desafía y exige sus derechos. Esta cosmovisión de lo femenino se está radicalizando en diversas partes del mundo, en México por ejemplo, el menosprecio a las mujeres se manifiesta en el incremento de feminicidios y de violencia en el hogar Debido a ello, el objetivo central de este libro es profundizar en las causas primeras, próximas y remotas de la violencia de género, explicando la naturaleza de la agresividad masculina a través de todas las ciencias que rigen el comportamiento humano; partiendo de su fisiología cerebral, de la selección sexual, de la historia, pero sobre todo de la cultura y la idiosincrasia, conformada por una serie de prejuicios que validan la fuerza bruta, el acoso y todo tipo de maltrato, para usarlo como estrategia de dominio hacia las damas. Sin embargo en el siglo XXI, la vida exige otros cánones de virilidad, hombres que controlen sus impulsos de agresión, que antepongan la racionalidad y aprecien a las mujeres no sólo por deber, sino por justicia, por preservación de la especie humana.