En particular “Muerte en las calles de Buenos Ayres” replantea la persistente dicotomía de origen social entre los miembros de la sociedad porteña, perforada por intereses personales e internacionales. Porteños y provincianos, unitarios y federales se combinan en tiempos de la Anarquía con la visita de un insigne promotor de la frenología francesa que pretende caracterizar el perfil del comportamiento de las personas sobre la base de su configuración craneana. En “La maldición de los querandíes” la magia de los pueblos originarios se ensaña con nuestra historia. Pensemos que la Historia escrita en tantos libros académicos y ensayos se basa –tal vez– en unos pocos personajes identificados con nombre y apellido, y en cientos de miles de anónimos –inagotables muchedumbres en realidad–, salvo algunas leyendas que rescatan del olvido a personajes de “pago chico”. Entonces, ¿cómo analizar críticamente la Historia “oficial” y también la “revisionista”? Apelemos, pues, a la ficción e intentemos poner algunas cosas en su lugar…