Se trata de dos historias entrelazadas y que discurren en paralelo, por tanto hay dos personajes principales. Una de las historias discurre en Chennai, y posteriormente en las plantaciones de té en los Nilgiris; la India. La protagonista de esta historia es una científica social que viaja para cubrir una sustitución en un Instituto de español y para trabajar en proyectos de ayuda al desarrollo. Una vez allí se dará cuenta de que “la realidad” que subyace a la mayoría de los proyectos humanitarios en ese país deja mucho que desear, y vivirá una serie de experiencias que poco o nada tienen que ver con las promesas de sus contactos iniciales, antes de partir de España. En la otra historia que discurre en Berna, Suiza, se trata de una reputada profesional india (matemática y experta en sistemas) que tras lograr conseguir el trabajo soñado mediante un disputado concurso público, debe luchar contra multitud de intrigas que se tejen en su entorno laboral y el permanente mobbing del que es víctima. Un buen día, sin más, la despiden. A partir de ese momento crucial, con el transcurso de los días, irá perdiendo siempre algo más (su relación de pareja, amigos, permiso de estadía...). Paralelamente a dichas pérdidas siente que se va volviendo “invisible” de manera progresiva hacia los demás. Pierde, también, sus espacios sociales y se va difuminando como sujeto. -Un barco de sufrimiento. (Este aspecto se retoma e inspira en el concepto de "invisibilidad" de las Ciencias Sociales, tan de actualidad, tocando puntos tan sutiles, controvertidos, ricos e interesantes como el de “la identidad” o “la memoria” frente al olvido…). Al mismo tiempo, la protagonista va perdiendo de forma paulatina la memoria, sufre trastornos de comunicación... -“…siento como si me hubieran pavimentado la conciencia…” Un día, motivada por su irrefrenable proceso de desaparición, decide escribir su historia, estampar sus recuerdos, y lo hace a modo de epistolario cuya única destinataria resulta ser ella misma. Comienza con “El Diario Rojo”. Ella cree que, de esta forma, puede remediar su imparable olvido. A medida que transcurre la historia sólo parecen verla y percibirla los locos, los ancianos, los enfermos terminales, los mendigos... quienes se comunican con ella a través de su particular lenguaje. * La historia avanza progresivamente hacia el clímax. Esta protagonista se torna una absoluta forastera “outsider", primero de los demás y de lo que recibe de ellos: indiferencia, rechazo... que la vuelven, a su vez, una forastera “outsider" de sí misma. Durante el desarrollo de la historia, el resto de actantes y secundarios (también inmigrantes: nómadas laborales) luchan, asimismo, por sobrevivir en un medio cada día más hostil hacia ellos y exigente, que les va cerrando las puertas hasta que algunos de ellos no logran resistir más… Por otro lado, la segunda protagonista experimenta a su vez la otra cara, lo que no se ve habitualmente en los proyectos de ayuda al desarrollo en un país como la India, en el que las mujeres son aún menos que los conocidos como "intocables”. Volviéndose también una Nadie en tierra de nadie. “Nadie” es, sin lugar a dudas, una náufraga de sí misma, de la memoria y de la Historia, pero también una cruel metáfora sobre las vidas de millares de personas en nuestros días… Escenarios: La novela discurre en dos escenarios principales por los que transita la vida de los personajes: La India (el elemento exótico en un medio rural-selvático tras la colonización inglesa y la independencia del país). Chennai (antigua Madrás) y Suiza (Berna, Ginebra) (elementos urbanos). Estructura: en 3 Actos y 26 Capítulos. Un total de 480 páginas. Dicha estructura se vertebra e inspira, –en parte–, en torno al lenguaje de la(s) ruina(s) estableciendo un paralelismo entre la arquitectura de lo físico (ruina) y lo social (los vagabundos, paseantes: flâneurs), desempleados, mendigos, nómadas laborales: seres “sin rumbo” en definitiva: Nadies que tanto caracterizan a nuestra sociedad postindustrial de hoy.