Hay tres cosas que han causado mucho mal al ser humano: la pólvora, el amor romántico y el marketing. Yo me he dedicado a dos de ellas. Aunque estudié números siempre me he dedicado a las letras. Ejercí de periodista hasta que un fax me alertó que el periodismo había dejado de ser una profesión y se había convertido en un empleo. El periodismo había muerto. Me gané la vida con el marketing en mi propia agencia hasta que llegó la crisis y me abandonó el dinero y el amor romántico. Comencé a escribir algo parecido a la literatura siendo alumno de una profesora de ojos verdes. Desde aquel imberbe día escribo en las servilletas de los cafés o en cuadernos de tapa negra con el único fin de emocionar y que me quieran.