Aún sin saber sus intenciones, la sola presencia de criaturas racionales provenientes del espacio basta para alterar la sociedad humana. Toda criatura viva, creada por Dios, orgánica o no, es humana aunque no lo haya sido en la Tierra. Los Devoradores… provienen de universos cercanos. Ingresan como una cuchillada en el espacio-tiempo y en sus enormes naves llegan a la Tierra. Son seres inorgánicos, pilas nucleares. Carecen de armas y tecnología. Traen una orden de Dios. Los hombres deben abandonar la Tierra y volver a Marte donde fueron creados. Desde entonces, los hombres, meros vasallos de Los Devoradores…, desarrollan la vida, y cada miles años, ellos se la llevan. Ahora vuelven a por la Tierra. Alteran el clima. Infectan la atmósfera con el Unquadnilio, una sustancia que desarma el ADN. La actividad biológica se detiene y los seres vivos se fosilizan. Con los conductos de fotones los aspiran y se los llevan. Son corsarios de Dios, depredadores de la vida orgánica, piratas del espacio. No tienen cultura, arte o altruismo. Tambalea la civilización. La Tierra pierde la mitad de su biomasa. Los sobrevivientes forman manadas para depredar alimentos. Envían hombres y mujeres fértiles a Marte. Los protagonistas son un apuesto falso coronel de la Agencia Europea del Espacio y una eminente bióloga en silla de ruedas, trasgresora, inmoral y viciosa.