Es una obra que nos hace darnos cuenta de que somos fuentes de amor, el cual es el sentimiento más puro que tiene el ser humano. Gracias al amor, podemos ser felices y, al irradiarlo, podemos contribuir al bien de los demás con el fin de que vivan a plenitud. De aquí, pues, se nos dice que la felicidad es como un viaje y quienes se detienen, se autoencuentran y contemplan los detalles de la vida, descubren las maravillas del amor. El amor renueva el universo inundando a cada ser humano, pues es la energía más bella, pura y bondadosa. Así, invita a encontrar tu esencia cubierta de cosas superfluas e igualmente invita a escoger el bien y no el mal. Andar con libertad sin rendirle cuentas a nadie, es una maravilla del amor; también lo es actuar sin temor a morir por el bien. Desde luego, el amor es cúspide de los sentimientos e inspira a amarnos y amar. Por tanto, una vida repleta de amor es pura felicidad donde el ser rebosa de bondad, belleza y verdad. Es maravilloso percatarse que ser feliz es ser uno mismo, conocerse a sí mismo y vivir a plenitud. Por ello, descubre la inmensidad del amor para respetarte, respetar y fomentar valores y virtudes, gracias lo cual actuarás correctamente. De este modo, cultivarás el intelecto mediante el silencio, serás educado y respetarás la autoridad. Asimismo, caerás en cuenta que el amor es perdón consciente. Otra virtud que el amor enaltece es la justicia, la cual lleva a cuidar a niños, jóvenes y adultos. Una manifestación pura del amor es la madre, quien en vez del miedo, escoge el amor. Es el amor puro el que perdona y pide perdón, por lo que no desiste en intentar construir un mundo mejor, donde reine el sentimiento que puede transformar a la humanidad de forma bondadosa. Entonces, sé la persona que brinda un servicio amoroso, pues éste fortalece trayendo la paz que es su fruto maravilloso. Y es que nunca ha existido ni existirá jamás una energía tan plena, tan purificadora y tan bondadosa como el amor.