Las Hienas
- Autor: Enrique Medina
- Género: Literatura y Novela
- Nº Páginas: 224 pp
- Encuadernación: Tapa blanda
- Formato eBook: ePub
- Año: 2016
Medina ha construido estos relatos con todo aquello que, nos han enseñado, no debe usarse para construir un cuento. Cambia de caballo en mitad del río, no se preocupa por dar en el blanco y entonces la flecha se desvía, no le importa la flecha, no le importa el blanco, no le importa el río ni el caballo. Nos queda entonces el latido salvaje de su desolada escritura y ahí se cumple la parábola, se establece el encuentro. Muy pocos escritores pueden enfrentar de esta manera el papel en blanco. Muy pocos escritores pueden establecer esta comunicación sutil sin proponérselo. La literatura de Medina es una literatura hecha de andrajos. "Siempre podemos hacer algo con lo que han hecho de nosotros", escribió Sartre y Medina ha hecho algo con lo que dejaron de él, ha escrito este hermoso libro, el más puro, el más ingenuo, el más inadvertido. Las Hienas conserva la pureza que sigue al sufrimiento, la ingenuidad que deja el dolor cuando el dolor ha pasado. Su rastro no es complaciente. El extraño lenguaje de estos cuentos, de este oficio de tinieblas, filoso, total y sorpresivo, tiene una extraña respiración, una coherencia intransferible; se da solamente en Medina. No se aprende en los libros. Lo que en Medina es natural en otros resulta falso. Lo que en Medina puede ser "el rimero melodioso de tu voz", en otros es un reguero de desperdicios que asuela e invade la última producción de lo que se está escribiendo en la Argentina. Medina es un efecto literario y las causas no se detectan. "La vita se la vive o se la scrive" , decía Pirandello. Medina hizo las dos cosas. Otros no llegan más que a escribirla sin haberla vivido. Creo notar también que no sólo en estos relatos, sino en toda la obra de Medina se percibe siempre un ajuste de cuentas: alguien gana y alguien pierde. Lo curioso es la ambigüedad, los lugares el lugar que ocupan sobre el puente del daño. Pero siempre, entre los dos, queda una raya de pureza, un fulgor lejano, inalcanzable, que muy pocos advierten en sus transitorias críticas. Y algo más, en 1975 no era fácil escribir un cuento como Las Hienas, mucho menos publicarlo. Posiblemente esto sea algo lateral, algo que nada tiene que ver con la literatura, pero que quería decirlo. Isidoro Blaisten