La sociedad ha sucumbido al avance tecnológico del ser humano, gracias a estos avances el mundo está cada vez peor, tan solo quedan pequeños resquicios donde todavía se puede vivir, estos solo están al alcance de gente con mucho dinero. Con lo que las personas de clase media/pobre están destinados a vivir en las zonas más contaminadas y más insalubres. Por el contrario los científicos han superado con creces todo lo imaginado hasta ahora, incluso se atreven con la clonación. ¿Es ético crear un ser humano de una probeta? Según estos doctores, sin estos avances jamás habría salto evolutivo. Mientras todo esto ocurre, mientras la lluvia incesante aporrea constantemente el mundo sin darle respiro alguno, un hombre se despierta encerrado en un hospital psiquiátrico, atolondrado, casi desquiciado por las aterradoras pesadillas que le abordan constantemente, su finalidad más próxima, la única a la que en un principio puede aspirar, es intentar mantenerse despierto todo el tiempo posible, para que estas pesadillas se alejen de él lo bastante como para dejar de atormentarle. Pero al final… el sueño puede mucho más que su fuerza de voluntad, llegado el momento no es capaz de discernir la realidad del sueño. Curiosamente tampoco es capaz de recordar que le ha llevado hasta allí Cuál fue su sorpresa, cuando una buena amiga se presenta en el centro para ayudarle a superar su problema, esta decide ayudarle en el viaje de recuperar sus recuerdos, un viaje con tan solo un billete de ida, hacia la desesperación. Pronto se dará cuenta que el desenterrar viejos recuerdos no le traerá nada más que dolor, un dolor tan fuerte que ni siquiera el cariño que le brinda esa buena amiga es capaz de sosegar. Un viaje a lo más recóndito del alma, un largo camino hacia la desesperación, una lucha interminable contra el mal…una luz al final del túnel en busca de la esperanza. Quizás, si te paras a escuchar durante un instante, podrías llegar a oírlo… hay un paraíso esperándote, un lugar donde serás eternamente feliz