La muerte previa está basada en un hecho real, pero a su vez tan surrealista y trágico que parece sacado de las Sagradas Escrituras. Cuenta la vida de Anaísa, una mujer que en pleno inicio de su juventud —y sin una clara razón que lo justifique— decide una tarde encerrarse para siempre en su habitación. La noticia de ese encierro estremece los cimientos de Santa Villa de los Mares, el prejuicioso pueblo en el que vive. Empiezan entonces a sucederse las hipótesis, a surgir los comentarios, los chismes, las especulaciones… Una de esas hipótesis apunta directo hacia Morantes, su más enfebrecido admirador, a la sazón la persona más cercana a ella y quien se ve obligado a marcharse huyendo del asedio de unas miradas que buscan crucificarle. Treinta años después, ese admirador regresa y lo hace con el firme propósito de investigar las verdaderas causas del encierro. Lo que no alcanza ni de lejos a imaginar es que esa investigación va a revelarle una verdad que lo lanzará de golpe al fondo de un abismo, que lo hundirá en uno de esos drásticos desvaríos que trastocan la esencia misma del alma y de los cuales es imposible regresar; o al menos regresar y seguir siendo la persona que se era. La muerte previa es una novela delirante, llena de imágenes y de voces del pasado. Es el retrato de una sociedad conservadora dominada por los convencionalismos y por el miedo, ejecutora de una tiránica santurronería que, de tan llevada al extremo, bien puede hacer que alguien prefiera la locura antes que aceptar someterse a sus reglas de juego.