Este libro que tienes entre manos es el decimocuarto de Antonio Arrarás, y el séptimo de relatos cortos, género en el que mejor se desenvuelve, dada la extraordinaria imaginación que atesora, y que le ha convertido en uno de los mayores exponentes del cuento breve en castellano. Quince nuevos cuentos que el mismo califica de «aberraciones». Aberración es lo que se aparta de lo normal y lo correcto. Sin embargo todos los cuentos parten de situaciones que son habituales y cotidianas en nuestras vidas. Pero Arrarás, con su innata imaginación y maestría narrativa, pone delante de los ojos del lector un cristal imperfecto, impuro y mal pulido, que hace que los percibamos desviados de toda lógica. Y logra que sintamos como nuestras la angustia y desesperación de la protagonista de «Sembrar para recoger», o de las jóvenes de «Electricidad». También sufriremos el horror más abyecto en «Aberración», «La mamá que se comió una muñeca» y en «El río siniestro». El relato que cierra el volumen, «Covid 19», es una historia de terror y ciencia ficción basada en los penosos sucesos que estamos viviendo a día de hoy. Y por supuesto el suspense nervioso de «La muñeca de carne y hueso» o de «Trincheras en el Bosque Negro». Y así, hasta completar un volumen de historias que nos harán pasar entretenidas las horas muertas, con el estilo de una escritura directa, sin artificio ni florituras, como si nos estuviese susurrando al oído los miedos que llevamos ocultos. Antonio Arrarás (San Sebastián, 1958). Escritor de relatos cortos y novelas. Comenzó su andadura literaria con Peña y otros relatos extraños (2000) y La cara oculta del bosque (2001) en la editorial Txertoa, un conjunto de sesenta relatos de fantasía, terror y ciencia ficción, géneros que sigue cultivando con absoluta devoción. A partir de 2014 ha editado con La Biblioteca del Laberinto siete novelas, de las que recomendamos encarecidamente su novela más autobiográfica Juguetes en la oscuridad. Y con el que presentamos aquí, La mamá que se comió una muñeca, cinco libros más de relatos cortos que suman cincuenta y cuatro historias, además de varias colaboraciones en diversas antologías. Todo ello en seis años, lo que lo convierte en un escritor prolífico, que destaca por la originalidad de sus tramas y omnipresente suspense. Como nos comentó en su día: «Yo escribo de mí, y para mí, eso lo hace más fácil y apasionante, y me asegura historias hasta el último aliento».