Cuando una ciudad suma al privilegio de una dilatada historia una topografía abundada de sugerencias fantásticas, se convierte en predio de fecundidad para la imaginería literaria y el florecimiento de las más variadas tradiciones y leyendas. El cerro toledano del Bú y el tema de la "pérdida de España" bajo la invasión musulmana, son los soportes en que la presente leyenda se apoya, como una curva de fantasía literaria referenciada en dos abscisas concretas de tiempo y espacio. Magia del paisaje y evocación histórica, ingredientes ambos de una leyenda imaginada en un hoy distinto al del apogeo romántico, pero que prolonga un poco más el elenco de las idealizaciones toledanas, haciendo verdad lo que es presentimiento vivo de todo el que discurre por su calles: que el misterio de Toledo no morirá nunca mientras queque un sólo espíritu sensible al lenguaje de la piedra y a la emoción de lo perdurable.