Trata la vida de Alonso Cortés uno de tantos soldados españoles despachados por su gobierno a un trozo de su patria, alejado de su casa casi siete mil kilómetros. Él da vida en el relato a uno de los doscientos mil soldados españoles destacados a Ultramar con destino en Cuba entre 1895 y 1898. Destinado a Santiago de Cuba, va a entrar en el reducido grupo de hombres que se va a ver involucrado en la defensa de los pueblos españoles de la provincia, tras la invasión y el desembarco de las fuerzas norteamericanas en Daiquiri y Siboney en junio de 1898 para iniciar, con la conquista de Santiago, la de toda Cuba. La novela presenta a un héroe que arrastra todas sus penas y que tiene que compartirlas con todas sus miserias humanas. Marcado por sus amores con la hija del cacique, amores que terminan en un embarazo y en un intento de interrupción mediante aborto realizado por la Arreglavirtudes, una curandera a la que en una discusión terminan por atacar y dar muerte; tras ser fuertemente apaleado por el padre de su novia es expulsado de su pueblo, medio muerto y rumbo al tren que lo ha de llevar al barco de ultramar. Alistado, lega a Cuba en los momentos en que comienza a cocerse el caldo que dará su fruto en la guerra hispanoamericana. Es ascendido a Cabo por méritos de guerra y ya en 1898 se ve envuelto en circunstancias especiales que lo terminan situando en los combates de junio en Las Guásimas, Sevilla, y primeros de julio en la defensa heroica de El Caney, siendo ascendido a sargento y condecorado por méritos de guerra. Tras la rendición, es embarcado rumbo a España donde es recibido por la misma familia que lo expulsó.