Todo comienza en las páginas inmobiliarias de un periódico nacional. En uno de los anuncios sale el nombre de la protagonista, Aurora, para pedir que se ponga en contacto con ellos. Cuando ella llama para averiguar qué está pasando y después de asegurarse de que la persona que buscan es ella, le dicen que alguien le ha 'donado' una casa y una finca, y que no es ni un error ni una broma. Aurora naturalmente se queda en shock, pero al poderle la curiosidad toma la decisión de ir a ver la casa al día siguiente. Ya allí y abrumada por lo que ve, entra y se encuentra con que de una de las habitaciones emana un olor agradable, primera incógnita mantenida hasta las últimas páginas. Aurora es una mujer joven todavía, resuelta, abogada y puesta en entredicho por su madre, que reniega de ella nada más nacer, lo que a la autora le ha dado ocasión de trabajar con el déficit emocional más doloroso que hay, lo mismo que lo hace con la dicha del amor incondicional de Arturo, el padre que la protagonista conoce. La relación entre sus padres deriva en situaciones muy poco predecibles, igual que la aparición de su padre biológico, al que nunca llega a conocer, y el hecho de que su madre termine siendo una asesina. En paralelo se desarrolla lo suyo con el hombre que le va a quitar el miedo de lanzarse al amor después de haberse estado conteniendo dentro de una coraza, aunque en contra de lo que ella se huele la premia con un final nefasto. La sucesión de capítulos intercala acción y sentimientos, hay cambios bruscos en la trama, descripciones deliberadamente elegantes, y escenas de sexo explícitas en el contenido sin serlo tanto en la forma.