“El recuerdo de la casa de nuestra infancia no es un recuerdo baladí. En realidad, no lo es el de ninguna de las casas en que hemos vivido y que, de alguna forma, constituyen jalones de nuestra biografía. La casa amarilla, el libro que tenemos en las manos, es el primer libro de poemas de Enrique Ibáñez, pero no es un libro primerizo, en el sentido de que en él está recogida una experiencia lectora más que sólida y el afán intenso por transmitir esa experiencia que caracteriza al excelente profesor de Literatura que es su autor. Si unimos a esto su pasión por desentrañar los mecanismos del lenguaje –el tema central de su novela Duelo entre palabras– y su compromiso decidido por dejar un mundo algo mejor que el que nos ha tocado, tendremos las claves de lo que nos vamos a ir encontrando conforme, de la mano del autor, recorremos esa casa a la que hemos tenido la suerte de ser invitados.” José Pallarés Moreno, poeta “La casa amarilla quedó triste. Y no pude evitar fotografiar la ausencia que allí habitaba, el antes y el después de toda una vida. De un hogar que parecía eterno y que ahora como polvo se esfumaba.” María Galindo, Fotógrafa