Soborno, corrupción, contubernios y arreglos para influenciar la balanza de la justicia... Pero, ¿será verdad que la justicia es tan solo una farsa puesto que realmente se aplica a las tres “Pes”: a las prostitutas, los pobres y los pen… tontos? ¿Será cierto que en un país como los Estados Unidos, se puede sobornar a un fiscal y arreglar una sentencia? En Justicia a la Americana de Murguía nos lleva con sus personajes a confrontar los retos que representa defender a tres presuntos criminales, sabiendo que la abogada de la fiscalía no se detiene ante nada para declarar culpables a los acusados haciéndolos víctimas de su propia cruzada y del sistema social de justicia que ella representa. En Justicia a la Americana de Murguía hace gala de su estilo singular de narrador y nos ofrece una divertida novela entretejiendo las vidas del pobre pobre Lenin Martínez, del idiota Marcos Burns y de Adriana Villareal —o Silvia García, su nom d’artiste del colchón— para existir todos en una trama llena de sorpresas en donde el engaño es parte del sistema de justicia y la búsqueda de la verdad no tiene nada que ver con la inocencia de los acusados.