Jesús Alonso Peña

Biografía

Escribir es una pasión. Prácticamente desde que nací, allá por 1961, como quien dice hace cuatro días. Mi nacimiento ocurrió cuando quise coger el lápiz con el que mi padre me enseño las primeras letras y los primeros números. Pero claro, antes de dedicarme a redactar historias, tuve que trabajar en muchos otros lugares: Empleado de banca, comerciante, representante y, por fin, dos actividades que me llenaron como medio de vida: La práctica profesional de la Espeleología, una de mis devociones, y el ejercicio de la salud natural, la otra. Ambas actividades completadas, finalmente, con la narración. Me considero investigador de temas curiosos, y fruto de estas investigaciones surgen mis libros. Los primeros centrados en los mitos relacionados con Lucifer, y los siguientes... Ya veremos. Me gusta la vida feliz, siempre y cuando las crisis, los gobernantes y las circunstancias lo permitan. Supongo que eso me convierte en una persona normal. Por eso tengo una mujer deliciosa, practico deporte, salgo por la montaña, nado en el mar, viajo, disfruto de una buena comida y, sobre todo, comparto estos buenos momentos con mi pareja y mis amigos. Y luego escribo. Todos los días un poco. A veces de una cosa y a veces de otra. Cuento cómo cae la lluvia o cómo un malvado sicario pergeña un crimen; cómo él la ama a ella y cómo ella le corresponde, o no. Pero, sobre todo, contemplo la vida. Todo contador de historias ha de ser un buen observador, un recolector de memorias y de relámpagos; un pintor de emociones, usando el pincel de la palabra y tomando el motivo de la realidad. Y aprendiendo de los buenos maestros, que hay muchos. Eso significa que todo escritor que pretenda ser bueno debe ser un gran lector. Leo de noche, cuando la calma reclama su puesto en el alma; cuando, después del trajín diario, el espíritu exige volar por sentimientos exóticos. Entonces visito planetas remotos, donde maravillosos personajes se encarnan dando vida a episodios fantásticos. Visito selvas tropicales y ruinas antiguas, gabinetes de brujas y alcobas de pasión; barcos piratas, callejuelas estrechas, sótanos enmohecidos y mansiones engalanadas.

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