Desde las primitivas lentejas o el infinito conejo, que corre como pocos y se caza como nadie, la historia gastronómica de los peninsulares ha ido creciendo hasta constituir nuestra mejor carta de presentación en el exterior. La apetitosa dieta mediterránea, con todos sus valores añadidos de naturalidad y salubridad, incitan al turista a visitar y quedarse en nuestro país. El Mediterráneo ha unido no solo a los pueblos sino también su ciencia, su arte, sus usos y costumbres. Comunión que ha estallado en Andalucía ofreciendo sus mejores frutos. Nuestra región fue puente entre Oriente y Occidente, ventanal que se abre a dos mares, umbral de entrada para las distintas gentes, arco de herradura y de medio punto que une África y Europa. Al-Ándalus nos ha legado, así hay que reconocerlo, nuestras señas de identidad, las formas de vida del andaluz, aparte de sus monumentos, barrios y ciudades enteras, enriquecimiento del lenguaje, etc. Este estudio pretende demostrar las profundas huellas de la cocina árabe de Al-Ándalus que aún existen en la gastronomía andaluza, que a su vez es igualmente transmisión del pasado.