Han pasado diez años desde que la Clínica Sagrado Corazón de Ciudad Central cerró sus puertas, y sus últimos pacientes fueron trasladados a otros centros hospitalarios. Marcelo Marangoni tenía poco más de treinta y cinco años cuando su familia lo recluyó en el Hospital Psiquiátrico de La Sultana, tras una conducta imprevisible como Gerente de la Clínica Sagrado Corazón que culminó en una crisis. Poco antes de alcanzar la lucidez mental, llevaba una vida sin rumbo y solitaria, acompañado de la presencia de su mamá y permanentemente medicado para acallar el coro de voces de los espíritus alojados en su cabeza. Pero un encuentro con el Director del Hospital Psiquiátrico, remueve algo profundo en la mente agitada del médico Marangoni: unos recuerdos sombríos, que él creía haber enterrado, y que lo lleva a escribir sobre los truculentos hechos que condujeron al cierre de la Clínica Sagrado Corazón; el asesinato sin resolver de una enfermera de cuarenta años, cuyo cadáver fue encontrado en la orilla del rio Bredunco, y la presencia del narcotráfico en Ciudad Central que permeó hasta el propio centro asistencial. Introduciéndose en la impredecible mente de Marangoni, el autor demuestra su gran conocimiento del manejo de una clínica, el lado oscuro de la psique humana de las Enfermeras Jefes, y su destreza para provocar la tensión en el lector.