Seguramente la fascinación por la naturaleza, o el interés por los espacios abiertos, o quizá su atracción por las formas y colores, y por supuesto por su no disimulado amor hacia la Poesía, entre otras motivaciones, actitudes o características personales, hayan sido o jugado -todas juntas o por separado- un papel importante para que este momento creativo de especial y particular inspiración, el autor haya reparado sitiéndose "felízmente" atrapado por la magia de esta milenaria y singular líria poética que son los Haikus.