Esta es la historia de Tomás Corominas, de Paco Caballero y de Jesús María.Y aunque es la historia de cada uno de ellos y de su amistad es, también, la historia de un sueño. Donde se ve de qué forma lo bueno y lo malo se confunde entre el barullo de la vida, y se convierten de nuevo en Gigantes los Molinos de Viento. Jesús María puede recordar el día que Tomás Corominas dijo que era el Capitán Trueno. Tenia Tomás doce años y Jesús María repetía por tercera vez el primer curso de bachillerato. Paco Caballero vendía en los recreos cigarrillos a dos pesetas. Cambiaba vales de merienda por deberes de matemáticas y escuchaba, con la misma mirada atónita que los demás, los cuentos que Tomás Corominas representaba sobre una tarima del patio. Desde entonces supieron los dos que Tomás era un genio.