Tras la batalla sufrida en Seattle y ya de regreso a Vancouver, junto a su hermano Michael y los ángeles custodios amigos de este, Angie continua en la compañía aérea para la que trabaja bajo la atenta vigilancia de Rashel, su ángel de la guarda. La forzada separación de William, debido a la protección extrema que este tiene que otorgarle a sus terrenos en Igoli y a las almas eternas que allí se encuentran enterradas, hará que la relación establecida entre la joven y Raffaele sea cada vez más sólida y confidente. Esta situación será aprovechada por el Jefe de Custodios para utilizar su vientre en pro del alma de su hermano, abogando en la defensa de Mike tras el proceso de transición y ocultando el innato deseo por ella. La aceptación de Angie, la tolerancia de William y la obligación de Raffaele llevarán a convertir esa inédita concepción en un milagro que a lo largo de los meses pondrá a prueba la fortaleza física y psíquica de una simple humana. El amor y la pasión entre William y Angie, tras la Ceremonia celebrada en África de su existencia en vida, se verán reforzados a diario salvando obstáculos, unas veces maléficos y otras veces bondadosos. Diversos personajes del ámbito angelical y dráguico confluirán a lo largo de la historia para colaborar en la creación de una Sociedad que ayude al nacimiento de un Ser insólito. Esos Viejos y nuevos personajes formarán una alianza secreta que gracias a Angie se hará fuerte e inquebrantable, la Sociedad Draconangelus.