Diversamente reconocido como escritor, abogado, jurista, político, periodista, pedagogo, ateneísta, filósofo y pintor, posee Pedro Figari una faceta ignorada por el gran público: la de militante masón. Siendo muy joven se inició en las filas de la Masonería, por vínculos personales y afinidad espiritual, y tuvo un ascenso vertiginoso en la institución, llegando a ocupar los cargos de mayor jerarquía. Pero además, es indudable que su antropología filosófica se compone de un mosaico de nociones masónicas que permiten un recorrido a través de diversos temas de su pensamiento (la ontología, la metafísica, la ética, la política, la filosofía del derecho, etc.) y es posible discernir en el alma del artista-filósofo las huellas de un temperamento análogo al de las doctrinas filosóficas de la Orden. En este texto –ganador del concurso de ensayos “Pensamiento de Pedro Figari” organizado por la Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Diego Moraes analiza una serie de correspondencias entre el pensamiento figariano y la filosofía masónica. Un trabajo indispensable para comprender que si Figari fue masón lo fue, antes que todo, por la estricta sujeción que hizo al lema masónico de poner en “acción”, “pensamiento” y “palabra” la sabiduría hermética asimilada, siendo con su ejemplo un viviente testimonio de semejante enseñanza.