PRÓLOGO Etapas es, como su propio título sugiere, una victoria de la memoria sobre el paso del tiempo. Dueño de una lucidez que maneja con deliberada ternura, Manuel González recorre los caminos de la infancia, que, como ya dijera Rainer Maria Rilke, es la verdadera patria del hombre. Nada escapa a la pluma incisiva, precisa y delicada del poeta: los veranos lentos y eternos, las primeras desilusiones, el tránsito hacia la madurez, el perpetuo enamoramiento de la poesía, el miedo, el asombro. Del mismo modo, el poeta nos revela un majestuoso descubrimiento: la existencia del otro. Y lo hace, cómo no, a través de las alas invisibles que sólo el amor puede conceder. Con una naturalidad sólo comparable a la profundidad de su emoción, Manuel canta a la mujer. A la primera, a la última. A la figura de la compañera sobre la tierra que ha hecho de su propio destino un lugar habitable: “construyo mi casa sobre tus hombros”. Armado de palabras cotidianas, Manuel González observa el mundo desde sus ojos, y consigue ese extraño milagro que sólo logra la poesía: reconstruirlo de nuevo, bautizando cada rincón de su realidad, como si nunca nadie lo hubiera cantado antes. RAQUEL LANSEROS