La historia comienza en enero de 1975 y se desarrolla a lo largo de ese año, en el norte de un pueblo de Francia. El frio, la noche, el carácter melancólico de Germán (un jubilado español, exilado de la Guerra Civil y combatiente de la II Guerra Mundial, aficionado a la Filatelia y a la Literatura, y escritor sin publicar), marca el tiempo lento del arranque de la novela. Tiempo que irá tomando un ritmo más acelerado a medida que avanzan los meses y las estaciones. La vida cotidiana de Germán, en esa ciudad de poco sol, siempre con la añoranza de España, crean una atmósfera como metáfora del invierno. Un tiempo frío y oscuro que se hace insoportable para Colette (vecina de buhardilla del protagonista) que sueña con ser actriz, y con otra vida. Colette vive aletargada esperando que la luz del sol traiga los cambios deseados. Cuando el invierno toca a su fin, la aparición de Julián (un desconocido que irrumpe en sus vidas para cambiarlas para siempre) es el detonante del cambio de ritmo de la historia que despega a partir de que el venezolano conoce a Colette y por ella a Germán, a quien se ofrece para publicar su obra inédita. Con la primavera llegan aires nuevos, tanto para Germán como para Colette, dados los acontecimientos que se suceden para sorpresa de todos los personajes. El verano sigue alentando las expectativas de cambio en la vida de los personajes, pero un viraje brusco acaba con los sueños de Germán y Colette, aunque no todo está perdido. En el otoño llegan cambios irreversibles para todos. En cierto modo es una novela coral. Además de Germán (personaje protagonista), Colette y Julián son personajes indispensables en el giro de la historia. Aurelia (mujer de Germán) contrasta con él por su carácter positivo y realista. Es una mujer alegre a pesar de las circunstancias y los problemas de Basilio (hijo de ambos). Aurelia mantiene el equilibrio necesario para controlar las adversidades y aportar, tanto a Germán como a Colette, el sentido realista del que suelen estar faltos los soñadores. ESTELAS, SUEÑOS Y BUHARDILLAS, no sólo narra el cambio que se produce a lo largo de 1975 en las vidas de los personajes principales, sino que también refleja lo que supone ese tiempo para los amigos de Germán: Manuel, Benito, Andrés, el Cerrojo... (españoles republicanos exilados desde la Guerra Civil que sueñan con volver a una España sin dictadura), personajes con quienes Germán se reúne todos los miércoles para hablar, entre otras cosas, de política, en la trastienda de la frutería de Roger. Pauline, portera del inmueble donde están las buhardillas, sueña y especula con una herencia que no llega y con un amor que la corresponda. Es otro personaje cuya vida va a verse afectada por los acontecimientos de ese año. El conflicto principal que recoge la novela es el plagio literario. Plagio que no va a descubrirse hasta muchos años después, cuando María (sobrina nieta de Germán), encuentra a la impostora de la obra. En el epílogo que escribe María en el 2015, se aclara y concluye la trama. La novela habla de sueños rotos y de ilusiones por cumplir, fraguadas en las buhardillas de un viejo edificio del corazón de una ciudad pequeña del norte de Francia. Buhardillas desde las que los personajes miran la vida a través de un paisaje de tejados, de campanarios de iglesias y de rastros de aviones (estelas como metáforas de vida). Todos sus personajes, incluido Germán, son luchadores que no se rinden ante el destino adverso que les ha tocado vivir. Lo común a todos es la esperanza en que el tiempo por venir, los devuelva al camino de los sueños de juventud. Y que la vida, aunque sea al final, les haga justicia retomando el rumbo perdido.