Los versos de Donoso cartografían en “Estampas oscenses” una ciudad mental y misteriosa, edificando una suerte de reverso esquizoide del “Coplas y más coplas” de Luis López Allué. En ocasiones, el autor abraza sin complejos la literatura costumbrista, en otras, emplea el paisaje urbano como un complejo portador de posibilidades plásticas para interpretar sus propias emociones, creando versos cargados de imágenes fulgurantes, transfiguraciones fantasmáticas y descargas eléctricas del gesto a través de un cuerpo que se hace todo él palabra. Francisco Julio Donoso dibuja sus propias derivas por el callejero y las hace nuestras. Bares y comercios con los que se vivifica en reciprocidad, retratos de habitantes que incorpora a su propia mente, un club de ajedrez que transforma los poemas en un tablero de juego infinito, salmos mágicos, pastorales de la Hoya, metáforas de penalti y expulsión o una Huesca jonda y gitana que se enuncia desde un lugar vivido y compartido, trazan en “Estampas oscenses” una ciudad literaria que no es sólo límite o escenario de las vivencias del autor, sino que también es flexible a asumir sus estados de ánimo y experiencias espirituales. Es un placer invitarles a recorrer Huesca con él y ojalá que tras el paseo a través de esta edición limitada y numerada miren la ciudad como si fuera la primera vez