Un joven reportero afectado de una enfermedad terminal decide contar su historia para sentirse apoyado por sus lectores, y de paso salvar su empleo, el que está a punto de perder a causa de su comprensible alejamiento. Lo que no imaginaba, es que justamente, a través de esta columna encontraría a la única persona capaz de producir el milagro que tanto añoraba: Acariciar una nueva primavera. Y a través de esta historia de amor, Charles y Román intentarán mostrarnos que a veces, hasta aquello que creemos imposible se puede lograr si no nos damos por vencidos ante el primer temporal. Espero disfruten la lectura. “Queridos amigos: Mi nombre es Mark Cases, tengo veinticinco años, y solicité este espacio al Diario porque sentí la necesidad de contar mi historia. En primer lugar, agradezco al Periódico Impulso Matutino por haber accedido a mi publicación lo que demuestra con claridad la empatía que tiene la Empresa respecto a sus lectores. Supongo que ustedes se preguntarán, por qué no hablo con amigos, o familiares respecto a mi vida. Sencillamente, moriré muy pronto y no quiero comprobar la lástima reflejada en sus rostros cada vez que me vean. Soy portador de una insuficiencia hepática aparentemente irreversible, que casi con seguridad, no me permitirá terminar el invierno. Pero me niego a este cruel destino, y como medida paliativa, estoy realizando un tratamiento muy importante, dejando como última opción un trasplante de hígado... Soy consciente de que dicho procedimiento requeriría un tiempo del cual carezco, hay muchas personas en lista de espera, y como si fuera poco, tengo que ser compatible con el donante. Por ese motivo, me siento muy triste, pues no viviré lo suficiente para concretar mis sueños, mis proyectos, seguramente no lograré amar y ser amado que es lo que desea todo ser humano. Entonces, ¿sería mucha molestia pedirles, suplicarles que me acompañen en mi último trayecto y si es posible, enviar mails de apoyo al periódico para demostrarme que no me encuentro solo en esta situación? Estoy en busca de un milagro, y quizá, ustedes lo sean. Muchas gracias por leerme. PD: Si dejan su correo, recibirán mi respuesta. Su amigo, Mark”