El niño protagonista de este libro. Era un niño muy inquieto y amable, que bajo la alegría propia de su edad, es- condía un sufrimiento que afectaba ya varios años a él y a sus padres. Cuando llega a la consulta un niño con tics, al interrogar a los padres durante la anamnesis, y éste juega distraído pensando que no le observas, te vas dando cuenta de parte de su repertorio de tics, motores y fónicos, que realiza de forma involuntaria y que parecen proporcionarle cierto alivio. Una vez que te dedicas a la exploración física del niño, éste intenta reprimir los tics, siendo muy sutiles, en algunos casos. Lo más difícil de este tipo de diagnósticos, es convencer a la familia de la benignidad del cuadro, de que deben aceptar los tics de su hijo y no reprenderle por presentarlos, ya que él no puede controlar- los, son involuntarios. Los tics no causan dolor. No acortan la duración de la vida. No afectan a la inteligencia. Por todo ello, en muchas ocasiones fueron in- terpretados como caprichosos rasgos comportamentales. Hay razones biológicas detrás de los tics, pero no hay razones antropológicas para considerarlos como una dolencia. Sin embargo, cuando hablamos del Trastorno de Gilles de la Tou- rette, sí que conlleva un gran padecimiento para las familias, por la estigmatización que sufren los niños afectos, siendo rechazados e in- cluso acosados por parte de sus compañeros. Debido, en gran medida, al desconocimiento de esta patología. Es muy loable la valentía de padres que, como Montse, dedican su tiempo y esfuerzo a la divulgación de este trastorno, en las aulas y en jornadas, favoreciendo la normalización y aceptación de estos niños. No disponemos de un tratamiento curativo de los tics, sólo para alivio sintomático, con efectos secundarios, como la sedación y la ga- nancia ponderal, reflejados en este libro. Además, lo importante es el diagnóstico del trastorno que suele existir bajo esa cubierta externa de tics, como son el Trastorno de Dé- ficit de Atención con Hiperactividad y el Trastorno Obsesivo Compul- sivo, que sí que condicionan la calidad de vida de estos niños, a nivel tanto familiar, como académico y social. Espero que este libro contribuya, no solo al conocimiento de este trastorno, sino también al alivio y consuelo de otras familias que se encuentren en esta situación, y hallen el ánimo suficiente para seguir adelante, aceptando y comprendiendo a sus hijos.