Me prometí no olvidar nunca su rostro, sus rasgos y expresiones. Tal vez sea por eso que aprendí a tentar su perfil con la delicadeza de la yema de mis dedos, inmersa en ese pasado indemne que aún anida en mí. Ya no lo recuerdo con tristeza porque una sonrisa floja asoma en mi cara cada vez que lo adivino cerca, a la par que mi piel se eriza presumiendo que está ahí, perfilando una expresión hermosa en mi semblante y dotándome de esas esperanzadas alas, culpables de que hoy esté aquí. ERES MI SUERTE es un poemario escrito desde muy adentro, engendrado en unas circunstancias especiales y que hoy doy a luz gracias a esas alas, a mi sentir y constancia, y a la confianza ciega de quien creyó en mí. Su contenido no se ciñe a la persona que da pie al título del libro (mi aita), ni a mis propias inquietudes, sino que engloba con sutileza todo un mundo de sentimientos y, casi todos ellos, nos conducen a un solo fin: el de no rendirse nunca, no perdernos en el intento de encontrarnos y no olvidar vivir. Aún me queda mucho por aprender, sentir y decir… Así que, si en esta ocasión consigo colarme con mis palabras por algún rincón de vuestro expectante corazón, no solo me sentiré feliz, sino que, además, todo esto habrá merecido la pena. Idoia Arteaga Garmendia