“Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista.” Michael Levine Samuel conoció a Juan Marcelo en el Orfanato en que trabajaba como asistente social. Este último, dueño del edificio donde estaba construido el Hogar estaba decidido a derrumbarlo para construir una Hamburguesería con el nombre de su Empresa. -Sobre mi cadáver-lo enfrentó Samuel. ¿Qué será de los niños que viven allí? ¡Son una familia! -Está bien , donaré otro lugar para que sigan juntos -acotó este malhumorado. -No lo permitiré, mejor construye tu local en otro lado. Esta es su casa, y ya han pasado muchas dificultades en su vida. - Las obras comenzarán la próxima semana. Ya no hay marcha atrás -afirmó el empresario. -Te arrepentirás , su dolor caerá sobre tu conciencia-vociferó Samuel -No seas dramático. Haremos algo mejor que hablar sin sentido , te invito a elegir el nuevo sitio para construir el nuevo Hogar. -De acuerdo, pero tengo conmigo tres hermanitos que pienso adoptar en cuanto sea posible. Irán con nosotros, ya que no tengo con quien dejarlos. -Estás verdaderamente loco -asintió el hombre sin imaginar que en poco tiempo, quedaría prendado por Samuel y los tres niños. -No me respondiste. -Que vengan -asintió cansado por la discusión. Así terminamos con este asunto de una buena vez. -Excelente. Les avisaré acerca del paseo-sonrió Samuel anotando un punto a su favor.